jueves, 30 de junio de 2011

Reseña del libro "El tira Guajardo" publicada en la revista siempre

El tira Guajardo de Benjamín Valdivia/Jaime Luis Albores Téllez

En:Libros Fecha:30 junio, 2011
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El tira Guajardo de Benjamín Valdivia

Jaime Luis Albores Téllez (*)

Benjamín Valdivia escribió una novela que retrata irónicamente nuestra política  mexicana, donde curiosamente hay tres partidos: el Negro, el Oscuro y el Gris. Y el Tira, un personaje bebedor de mezcal  que empieza su “vida política” cuando llega a un pueblo llamado San Felipe para visitar personalmente a cada miembro de la diputación, “porque no era cosa de dejar que la gente votara en contra de la voluntad del supremo gobierno”, Oscuro y que se mantiene en el poder. Hay otro personaje que le da fuerza a la novela es el Súchi, amigo desde la infancia del Tira, el sobrenombre del Súchi se lo da un tipo alcoholizado porque era un hijo de su chin…
Además el Tira es supersticioso y cree en las cartas astrales y a la vez -en la novela- hay algunos políticos que basan su filosofía en las telenovelas: “yo apoyo aquí al compañero, porque ¿no han visto que en las telenovelas siempre se deja algo para después pero luego se soluciona?”. Esta novela que nos presenta Benjamín Valdivia nos hace reflexionar y reír, una combinación que poco se ve en la literatura actual.  
Pero el autor también nos lleva de sorpresa en sorpresa en El Tira Guajardo, y nos narra una serie de sucesos que a través de varios personajes, como una prostituta de pueblo (La Rottweiler), que cuando leemos la descripción, empezamos a sonreír: podríamos decir que es una puta chancluda de la cual se enamora el Tira, pero que según las profecías del Súchi, se iba a entregar entre las borracheras a quienes fuera necesario para el ascenso “histórico” del Tira Guajardo. Un sacerdote, el padrecito Rólex, que entre confesiones en la iglesia se entera de la vida del Mollejas quien le regala un reloj de marca Rólex. El padre Rólex rifa entre los del pueblo de San Felipe el reloj para mejorar la iglesia y al final muere el cristiano que se gana el reloj. Y este padrecito aconseja al Tira en su vida política, le dice: “La verdad tiene como fin el bien; y si conduce hacia el dolor, es más prudente evitar el dolor aunque con ello se esquive la verdad. Platón dice que el Estado debe mentir a los ciudadanos para evitarles el sufrimiento de conocer la verdad. Y el Estado así lo ha hecho siempre.”
Y es así como estos personajes bizarros ayudan al Tira a cambiar, no sólo al pueblo de San Felipe, sino a toda la nación. Y todo esto sucede un 28 de diciembre, por más, Día de los Santos Inocentes, del año 2010. Y a partir de esta fecha todo sucede para bien a pesar de los  tres partidos políticos. Ya que el Tira Guajardo tiene todo solucionado a través de unos decretos y unas cartas astrales estudiadas por el Súchi para determinar la fecha del destino, del cambio: 28 de diciembre de 2010.
Cito algunos decretos del Tira: “Dado que los políticos Negro, Oscuro y Gris no han cumplido con su función de convertirse en alternativas políticas claramente distintas para presentar y conducir las tendencias contrarias dentro de una unidad nacional, y sí, en cambio, se han vuelto un botín donde se medra y se rapiña con meridiana impunidad a costa de la nación, se decreta que:
Estos tres partidos no recibirán dinero alguno de parte del Estado en cualquiera de sus distintos niveles. Se dará financiamientos del Estado, mediante concurso público, a cinco nuevos partidos en los cuales no funja como dirigente nadie que haya figurado como tal en los pasados veinte años, ya sea en los tres antes citados o, peor todavía, en algunos de los demás partiditos actualmente existentes o desaparecidos en los últimos veinte años.”
“Dado que el monopolio de los medios de información y comunicación ha embrutecido y enajenado a la opinión pública, abusando conscientemente de los privilegios que implica la posesión de dichos medios y manipulando sin moral alguna la trayectoria de los tiempos, se decreta que:
A partir de esta fecha (28 de diciembre) se autorizan cincuenta concesiones para emitir señal de televisión abierta y cincuenta para televisión por cable, así como cincuenta para señal radiofónica con las siguientes consideraciones: no podrán concursar por ellas los actuales beneficiarios de concesiones existentes; ninguna persona física podrá ser socia o contar con acciones en más de dos concesiones, ya sea por sí misma o por medio de sociedades mercantiles o financieras en las que participe; no podrán tener parte en estas concesiones los dirigentes de partidos políticos o miembros de instituciones religiosas de cualquier índole.”
Este libro, El Tira Guajardo, es una obra para ser leída y disfrutada, ya que maneja de una forma atractiva la estructura de la historia que nos cuenta: está conformada por sub-historias cortas que se entrelazan por medio de los personajes que ayudan a redimir al pueblo de San Felipe y a la nación entera.  En fin, esta es una historia con personajes quijotescos, donde todo parece una verdad irónica que termina en una broma: inocente palomita, pueblo querido, que te dejaste engañar  hasta el 28 de diciembre de 2010. Y ahora, a partir de esta fecha, todo será diferente. Una nueva nación hecha por estos personajes bizarros.  

Benjamín Valdivia, El Tira Guajardo, Librosacieloabierto, Imprenta JM, Gto., México, 2009; 162pp.

Jaime Luis Albores Téllez
(*) Jaime Luis Albores Téllez (Tlaxcala, 1964), escritor, musicólogo y periodista cultural.         
Benjamín Valdivia. FOTO: Eugenia Yllaldes
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Esta es una historia con personajes quijotescos, donde todo parece una verdad irónica que termina en una broma: inocente palomita, pueblo querido, que te dejaste engañar hasta el 28 de diciembre de 2010. Y ahora, a partir de esta fecha, todo será diferente. Una nueva nación hecha por estos personajes bizarros

Notas Relacionadas:

  • Los poemas shakespeareanos de Juan José Arreola/Eduardo Rodríguez Solís
  • Juana Tenorio o el carnaval de los disfraces/Fernando Muñoz Castillo
  • Sueño de una noche de verano: “Marcha Nupcial”, himno de los amantes/Eduardo Rodríguez Solís
  • Moral, ética y despenalización de las drogas/Jorge Galván
  • ¿Valdrá la pena?/Mónica Soto Icaza

    El tira Guajardo de Benjamín Valdivia/Jaime Luis Albores Téllez

    En:Libros Fecha:30 junio, 2011
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    El tira Guajardo de Benjamín Valdivia

    Jaime Luis Albores Téllez (*)

    Benjamín Valdivia escribió una novela que retrata irónicamente nuestra política  mexicana, donde curiosamente hay tres partidos: el Negro, el Oscuro y el Gris. Y el Tira, un personaje bebedor de mezcal  que empieza su “vida política” cuando llega a un pueblo llamado San Felipe para visitar personalmente a cada miembro de la diputación, “porque no era cosa de dejar que la gente votara en contra de la voluntad del supremo gobierno”, Oscuro y que se mantiene en el poder. Hay otro personaje que le da fuerza a la novela es el Súchi, amigo desde la infancia del Tira, el sobrenombre del Súchi se lo da un tipo alcoholizado porque era un hijo de su chin…
    Además el Tira es supersticioso y cree en las cartas astrales y a la vez -en la novela- hay algunos políticos que basan su filosofía en las telenovelas: “yo apoyo aquí al compañero, porque ¿no han visto que en las telenovelas siempre se deja algo para después pero luego se soluciona?”. Esta novela que nos presenta Benjamín Valdivia nos hace reflexionar y reír, una combinación que poco se ve en la literatura actual.  
    Pero el autor también nos lleva de sorpresa en sorpresa en El Tira Guajardo, y nos narra una serie de sucesos que a través de varios personajes, como una prostituta de pueblo (La Rottweiler), que cuando leemos la descripción, empezamos a sonreír: podríamos decir que es una puta chancluda de la cual se enamora el Tira, pero que según las profecías del Súchi, se iba a entregar entre las borracheras a quienes fuera necesario para el ascenso “histórico” del Tira Guajardo. Un sacerdote, el padrecito Rólex, que entre confesiones en la iglesia se entera de la vida del Mollejas quien le regala un reloj de marca Rólex. El padre Rólex rifa entre los del pueblo de San Felipe el reloj para mejorar la iglesia y al final muere el cristiano que se gana el reloj. Y este padrecito aconseja al Tira en su vida política, le dice: “La verdad tiene como fin el bien; y si conduce hacia el dolor, es más prudente evitar el dolor aunque con ello se esquive la verdad. Platón dice que el Estado debe mentir a los ciudadanos para evitarles el sufrimiento de conocer la verdad. Y el Estado así lo ha hecho siempre.”
    Y es así como estos personajes bizarros ayudan al Tira a cambiar, no sólo al pueblo de San Felipe, sino a toda la nación. Y todo esto sucede un 28 de diciembre, por más, Día de los Santos Inocentes, del año 2010. Y a partir de esta fecha todo sucede para bien a pesar de los  tres partidos políticos. Ya que el Tira Guajardo tiene todo solucionado a través de unos decretos y unas cartas astrales estudiadas por el Súchi para determinar la fecha del destino, del cambio: 28 de diciembre de 2010.
    Cito algunos decretos del Tira: “Dado que los políticos Negro, Oscuro y Gris no han cumplido con su función de convertirse en alternativas políticas claramente distintas para presentar y conducir las tendencias contrarias dentro de una unidad nacional, y sí, en cambio, se han vuelto un botín donde se medra y se rapiña con meridiana impunidad a costa de la nación, se decreta que:
    Estos tres partidos no recibirán dinero alguno de parte del Estado en cualquiera de sus distintos niveles. Se dará financiamientos del Estado, mediante concurso público, a cinco nuevos partidos en los cuales no funja como dirigente nadie que haya figurado como tal en los pasados veinte años, ya sea en los tres antes citados o, peor todavía, en algunos de los demás partiditos actualmente existentes o desaparecidos en los últimos veinte años.”
    “Dado que el monopolio de los medios de información y comunicación ha embrutecido y enajenado a la opinión pública, abusando conscientemente de los privilegios que implica la posesión de dichos medios y manipulando sin moral alguna la trayectoria de los tiempos, se decreta que:
    A partir de esta fecha (28 de diciembre) se autorizan cincuenta concesiones para emitir señal de televisión abierta y cincuenta para televisión por cable, así como cincuenta para señal radiofónica con las siguientes consideraciones: no podrán concursar por ellas los actuales beneficiarios de concesiones existentes; ninguna persona física podrá ser socia o contar con acciones en más de dos concesiones, ya sea por sí misma o por medio de sociedades mercantiles o financieras en las que participe; no podrán tener parte en estas concesiones los dirigentes de partidos políticos o miembros de instituciones religiosas de cualquier índole.”
    Este libro, El Tira Guajardo, es una obra para ser leída y disfrutada, ya que maneja de una forma atractiva la estructura de la historia que nos cuenta: está conformada por sub-historias cortas que se entrelazan por medio de los personajes que ayudan a redimir al pueblo de San Felipe y a la nación entera.  En fin, esta es una historia con personajes quijotescos, donde todo parece una verdad irónica que termina en una broma: inocente palomita, pueblo querido, que te dejaste engañar  hasta el 28 de diciembre de 2010. Y ahora, a partir de esta fecha, todo será diferente. Una nueva nación hecha por estos personajes bizarros.  

    Benjamín Valdivia, El Tira Guajardo, Librosacieloabierto, Imprenta JM, Gto., México, 2009; 162pp.
    
    Jaime Luis Albores Téllez
    (*) Jaime Luis Albores Téllez (Tlaxcala, 1964), escritor, musicólogo y periodista cultural.         
    Benjamín Valdivia. FOTO: Eugenia Yllaldes
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    Esta es una historia con personajes quijotescos, donde todo parece una verdad irónica que termina en una broma: inocente palomita, pueblo querido, que te dejaste engañar hasta el 28 de diciembre de 2010. Y ahora, a partir de esta fecha, todo será diferente. Una nueva nación hecha por estos personajes bizarros

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  • Sueño de una noche de verano: “Marcha Nupcial”, himno de los amantes/Eduardo Rodríguez Solís
  • Moral, ética y despenalización de las drogas/Jorge Galván
  • ¿Valdrá la pena?/Mónica Soto Icaza

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