sábado, 30 de julio de 2011

Texto sobre el libro "Las batallas en el desierto"

30 años de Las batallas en el desierto, legado de José Emilio Pacheco/Jaime Luis Albores Téllez

En:Libros, Para recordar Fecha:30 julio, 2011
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30 años de Las batallas en el desierto,

legado de José Emilio Pacheco

Jaime Luis Albores Téllez (*)
Las batallas en el desierto (1981) de José Emilio Pacheco ha cumplido 30 años de su publicación, y es de llamar la atención que el propio autor haya escogido este libro y el último, Tarde de agosto (1992), como un legado para las futuras generaciones. Sí, es de llamar la atención porque su obra poética -Los elementos de la noche, Ciudad de la memoria, La edad de las tinieblas, y otros más- son  poemas que nos hablan de la existencia, del ser humano y de esta época en la que vivimos.
El libro Las batallas en el desierto transforma el mundo infantil en una historia de amor imposible y es una narración de terror citadino donde los personajes simulan creer que viven quiméricamente, aunque conozcan la corrupción social y de lenguaje, la deleznable situación política y las violentas transformaciones de nuestra historia como mexicanos.
Las futuras generaciones -129 años después- sabrán de este libro cuando se abra La caja de las letras. El 21 de abril de 2010 fue depositado en una cámara acorazada en el sótano del edificio Cervantes, donde se encuentra La caja de las letras, ubicado en la calle Alcalá, 49, de Madrid. Este lugar -podemos decir- hace las funciones de un receptáculo del tiempo. Este sitio también fue la antigua  sede del Banco Central Español.
Foto: wawis_matali_joseemiliopacheco
Las batallas en el desierto, fue colocado en la caja 1525 junto con otros objetos del autor, y con una nota de prensa. Al momento de depositarlo, dijo: “Lo dejo para quien abra esto en cien años sepa quien fui, porque no creo que nadie recuerde mi obra… Es un legado de  una época oscura.”
Estimados lectores los invito a leer esta magistral novela para descubrir el por qué José Emilio Pacheco ha guardado tan celosamente Las batallas en el desierto para las próximas generaciones.  
Jaime Luis Albores Téllez
   (*) Jaime Luis Albores Téllez (Tlaxcala, 1964), escritor, musicólogo y periodista cultural.
wawis_matali_joseemiliopacheco
“Lo dejo para quien abra esto en cien años sepa quien fui, porque no creo que nadie recuerde mi obra…”: JEP

Notas Relacionadas:

jueves, 28 de julio de 2011

Una obra de teatro, texto escrito para la revista Siempre "La máquina Hamlet"

La Máquina Hamlet de Heiner Müller invita a reflexionar/Jaime Luis Albores Téllez

En:Teatro Fecha:28 julio, 2011
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                 La Máquina Hamlet 

    de Heiner Müller

                 invita a reflexionar

 Jaime Luis Albores Téllez (*)
La Máquina Hamlet  de Heiner Müller tiene que ver con la extinta República Democrática Alemana (RDA), una tierra de control, una sociedad de control. Una sociedad que como una máquina fabricaba a seres con necesidades particulares, estériles, según dictaba la política socialista de los años 70-80. También podemos traer a cuento lo que dice Hamlet de William Shakespeare: “La tierra, esa divina máquina, me parece estéril”, y Martín Acosta logra una espléndida dirección, donde alumnos de la Escuela Nacional de Arte Teatral, llevaron a escena esta obra como un examen de tercer año de las carreras de Actuación y Escenografía, en el Centro Nacional de las Artes.  
La Máquina Hamlet es una reflexión sobre el terror que vive el ser humano durante su existencia y que desde tiempos remotos -hasta la actualidad- sigue sucediendo. ¿Por qué? Tal vez nunca podamos contestarnos del todo esta pregunta, pero parece que nuestros pensamientos usan al cuerpo como un títere: pensamos y después actuamos física o verbalmente.
Es así como podemos ver en la actualidad en Alemania a grupos de personas con pensamientos ultranacionalistas -gente neo-nazi-  que sienten añoranza por ese nacionalismo histórico alemán que se vivió con Hitler. ¿Cómo es que pueden añorar lo peor de la historia alemana? Parece ser que la mente nos juega a todos travesuras sorprendentes, ya que su naturaleza es vagar, correr de un anhelo hacia otro, además de recolectar experiencias y guardarlas en la memoria, hasta convertirlas en situaciones. Y parece que así es, pues el teatro es una representación de la vida, tal como decía Heiner Müller: “El teatro mueve situaciones, no historias.”  En esta obra de 1977 hay una parte titulada “La Europa de la Mujer”, donde la representación de estos jóvenes fue más que buena: “Yo soy Ofelia. Aquella que el río no contuvo. La mujer colgando de la soga. La mujer de la sobredosis. La mujer con la cabeza en el horno. Nieve sobre sus labios. Ayer por fin dejé de suicidarme. Ahora estoy sola con mis pechos mis muslos mi útero. Destrozo el instrumento de mi cautiverio, la silla la mesa la cama. Destruyo el campo de guerra que era mi hogar. Arranco las puertas para que el viento deje entrar al grito del mundo. Destrozo la ventana. Con mis manos sangrantes rompo las fotografías de los hombres que amé y me usaron sobre la cama la mesa la silla el piso. Incendio mi prisión. Tiro mis vestidos al fuego. Al fuego arrojo al reloj que fue mi corazón fuera de mi pecho. Salgo a la calle, vestida con mi propia sangre.” En esta parte de la obra me estremecí, sin embargo otros reían, creo, según el punto de vista de cómo estuviéramos viviendo la escena. Tal vez algunos se quedaron solamente en cómo la ejemplificaban: La mujer de la sobredosis (una mujer inyectándose dentro de un estante). Esta parte retrata la tragedia que vivimos todos al estar atados a un destino marcado por nuestra mente, la cual ignoramos por ser inconscientes de nuestros pensamientos que después se reflejan en situaciones que experimentamos casi siempre sufrientes.    
En el reparto participaron Pablo Mezz: Marcelo / Rosencrantz; Carlos Huber: Bernardo / Guildenstern; Diego Santana: Horacio; Daniel Juárez: Hamlet  encabronado; Mauricio Rico: Laertes; Xareny Ortega Zavala: Ofelia autodestructiva; Francisco Godinez: Espectro del rey Hamlet / Primer actor / Sombra de Claudio / Sepulturero tomando té;  Sinaí Martínez Segovia: Page / Hamlet falso;  María Fernanda Vergara: Ofelia buscadora de ratas;  Gonzalo Guzmán: Hamlet envuelto en la retórica / Sepulturero masturbador de palabras;  Yesmín Curiel: Ofelia tendiendo la trampa / Sombra de Gertrudis; Florencia Elvira: Ofelia de las flores;  Yolanda Sanz: Ofelia de la locura. Todos estos actores deben de haber recibido una felicitación de sus maestros ya que es una obra compleja por su estructura y los aspectos psicológicos de los personajes.
Realmente vale la pena ir a ver La Máquina de Hamlet, ya que nos invita a reflexionar sobre quienes somos sin importar la nacionalidad o la época en que vivamos.
En esta excelente puesta en escena dirigida por Martín Acosta podemos ver la infinidad de facetas que puede vivir la mente humana (Ofelia autodestructiva, Ofelia tendiendo trampas, Ofelia buscadora de ratas) creando situaciones donde el terror es el abismo que puede llevar a la locura. La Máquina de Hamlet se acaba de estrenar en el Teatro Salvador Novo en el CENART y las presentaciones son miércoles a sábados a las 19:00 horas, y los domingos a las 18:00 horas.   
Jaime Luis Albores Téllez
(*) Jaime Luis Albores Téllez (Tlaxcala, 1964), escritor, musicólogo y periodista cultural.   
Ham-Web
La Máquina Hamlet es una reflexión sobre el terror que vive el ser humano durante su existencia y que desde tiempos remotos -hasta la actualidad- sigue sucediendo. ¿Por qué? Tal vez nunca podamos contestarnos del todo esta pregunta, pero parece que nuestros pensamientos usan al cuerpo como un títere: pensamos y después actuamos física o verbalmente.

Notas Relacionadas:

viernes, 22 de julio de 2011

Reseña del libro "Biblia del Narrador" publicado en la revista Siempre.

Biblia del Narrador de Marco Aurelio Carballo/Jaime Luis Albores Téllez

En:Libros Fecha:21 julio, 2011
 
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Biblia del Narrador de Marco Aurelio Carballo

Jaime Luis Albores Téllez (*)
Marco Aurelio Carballo presenta un libro donde podemos conocer las opiniones de grandes escritores, sobre varios temas y además identificarnos con algunos de ellos. También nos damos cuenta que hay tantas opiniones y tan encontradas sobre el mismo tema como que cada persona es única en sus preferencias y aversiones, en su forma de ver, sentir y, podemos decir: en su forma de narrar.
En el libro Biblia del Narrador encontramos temas que hablan de narrativa,  del escritor y de la existencia del ser humano. Está dividido en tres partes, en la primera hallamos temas como la verosimilitud, la vocación, el tema obsesivo, el plan de trabajo, los temas, las ideas, etcétera. Y muchos puntos más de interés para los que escribimos. En la segunda parte podemos leer cuestiones que se relacionan con la forma de narrar: El párrafo, el estilo, la mejor condición para escribir una novela, imitar o no imitar, las emociones y la intuición, y muchas características más. En la tercera parte conocemos puntos de vista sobre el artista, el monólogo interior, la soledad, el tiempo y algunos otras cosas de interés.
Para el deleite del lector, transcribo algunas opiniones de escritores que menciona Marco Aurelio Carballo: Tema Verosimilitud: Gabriel García Márquez: Para todos los escritores el mayor problema es la credibilidad. Cualquiera puede escribir cualquier cosa, siempre que sea creíble; John Gardner: en cualquier obra de ficción, la primera labor del escritor es convencer al lector de que los acontecimientos que narra sucedieron en realidad, o persuadirlo de que pudieron suceder. La segunda tarea de un escritor es hacernos ver y sentir de manera vívida lo que ven y sienten los personajes; Philip Roth: lo que desea la gente ante todo es un relato que pueda creer. De lo contrario no quieren molestarse.
Tema Vocación: Raymond Carver: era mi papá quien solía contarme historias, en realidad anécdotas, no había en ellas nada moral, acerca de vagabundos por el bosque. Yo amaba su compañía y amaba sus relatos. De vez en cuando solía leerme algo de lo que él mismo estaba leyendo, westerns de Zane Grey; Julio Cortázar: conozco a mucha gente que todo el tiempo se queja: Oh, me gustaría escribir mi novela, pero tengo que vender la casa, y después están los impuestos, ¿qué voy a hacer? Razones como: trabajo todo el día en la oficina, ¿cómo pretenden que escriba? Yo trabajaba todo el día en la UNESCO y al volver a casa escribía Rayuela. Quien quiere escribir, escribe. Si uno está condenado a escribir, escribe.
Tema: El tema obsesivo: Philip Roth: el novelista padece una seria ignorancia de su tema obsesivo. Lo asedia una y otra vez porque el tema obsesivo es el que menos entiende: lo conoce tan bien que sabe lo poco que sabe.
Tema: El plan de trabajo: Issac Bashevis Singer: en un cuento es más fácil tener un plan y escribir de acuerdo a él, pero incluso ahí no puedes hacer lo que te venga en gana; Charles Bukowski: cuando me siento a escribir, no sé cuál será la próxima frase; Raymond Chandler: simplemente no puedo planificar la trama con bastante antelación. Escribo algo que me gusta y después me da un trabajo infernal hacerlo calzar en la estructura… No puede planearse una buena historia, tiene que destilarse; Luis Spota: Escribo a renglón abierto, cuantas veces sean necesarias. Lleva una cronología… Vamos a decir que voy a hacer una novela sobre un terremoto. Es la idea general. Va a pasar esto, empieza así y termina así. ¿Cuáles van a ser los personajes? Se crean situaciones. Luego relaciono entre sí las situaciones. Escribo el guión. Luego la escribo, es decir, la filmo. No estoy dando recetas. Me funciona a mí porque yo la descubrí. Puedo interrumpir y después reiniciar donde lo dejé, haya pasado el tiempo que sea.
Tema: Las ideas: Jorge Luis Borges: no creo que las ideas sean importantes. El escritor debe ser juzgado por el placer que da y por las emociones que provoca. En cuanto a las ideas, después de todo no es muy importante si un escritor tiene una u otra opinión política, porque la obra saldrá bien a pesar de ellas. Ray Bradbury: si uno trabaja, termina relajándose y al final no piensa. Entonces y sólo entonces opera la creación… Debe preguntarse qué piensa realmente del mundo, qué ama, teme u odia y empezar a verterlo en el papel. El chorro, la mezcla de trabajo, espontaneidad y relajación, será como la sangre en un cuerpo, fluyendo del corazón… ¿Qué intentamos develar en este  flujo? Lo único irremplazable en el mundo, la única persona de la cual no hay duplicado, usted. Así como hubo un solo Shakespeare, un Moliêre… Schiller aconsejó a los que fueran a componer que retirasen “a los guardianes de las puertas de la inteligencia”; Williams S. Burroughs: el escritor no debe pensar demasiado, es una especie de receptor, aunque creo que es más difícil serlo para un escritor que para ningún otro artista porque las palabras permanecen delante de ti mientras escribes.
Tema: El artista: Gustave Flaubert: un hombre que ha resuelto ser artista no tiene ya derecho a vivir como los demás.
Tema: La soledad: Raymond Chandler: hay cosas que amo en la escritura, pero es una profesión solitaria e ingrata; Carlos Fuentes: cuando uno alcanza el placer de escribir, solo y su alma, es cuando ha ganado la batalla de la literatura.
Tema: Vivir o escribir: Philip Roth: El arte también es vida. La soledad es vida, la meditación es vida, el fingimiento es vida, la suposición es vida, la contemplación es vida, el lenguaje es vida. ¿Hay menos vida en leer Al faro que en ordeñar una vaca o lanzar una granada de mano?… Me parece que en gran medida gracias al arte tengo una posibilidad de ir por lo menos al meollo de mi propia vida.
Este es un libro que nos ha compartido Marco Aurelio Carballo para que no falte en “nuestra cabecera”, es un libro para releer y conocernos a nosotros mismos a través de los escritores y su forma muy peculiar de ver la existencia y la creación.
Marco Aurelio Carballo, Biblia del Narrador, Talleres de Corporación Industrial Gráfica, Morelos, México, 2011; 288pp.
 (*) Jaime Luis Albores Téllez (Tlaxcala, 1964), escritor, musicólogo y periodista cultural.  

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Este es un libro que nos ha compartido Marco Aurelio Carballo para que no falte en “nuestra cabecera”, es un libro para releer y conocernos a nosotros mismos a través de los escritores y su forma muy peculiar de ver la existencia y la creación

Notas Relacionadas:

jueves, 21 de julio de 2011

Mujeres en el arte la masturbación

FOTOGRAFÍA | 'La petite mort'

Turbadoras

Fotografías de William Santillo.








  • El fotógrafo retrata y entrevista a 60 mujeres mientras se masturban
"Es algo que casi todos los hombres encuentran muy interesante", dice el prólogo de 'La petite mort', libro de fotografías de Will Santillo (editado por Taschen), en relación a su tema: la masturbación femenina. Sin embargo, lo que a primera vista parece un deleite para 'voyeurs' (más bien varones, más bien heterosexuales), termina por ser una reivindicación feminista.
En serio.
Hay que leer los textos que acompañan a las fotografías de Santillo. El autor entrevistó a 37 de las 60 modelos que se masturbaron ante su cámara (hasta el orgasmo, donde quisieran y en las circunstancias que eligieran) para que expresaran sus fantasías, sus hábitos y sus sensaciones después de posar.
"Desde que recuerdo me he masturbado. Nunca he sentido vergüenza por ello porque siempre he sabido que es algo sano y normal en una persona sexual. Ver películas porno siempre me funciona. Porno gay, entre lesbianas, bisexual, en grupo. ¡Siempre me excito! Posar para Will estaba en el primer puesto de mi lista de fantasías. Después está que un compañero me pida que me masturbe. ¡Me gusta que me fuercen!", cuenta Lindsey, a la que se presenta como profesora de 33 años. Al lado, su retrato ante una pantalla de ordenador.
"Estaba recién separada después de 15 años de un matrimonio muy convencional. Me había convertido en madre y mujer de negocios; mi ropa era discreta, poco maquillaje. Todo un cambio respecto a mis años de universidad, en los que había hecho bastantes locuras. Así que la sesión fotográfica fue como explotar algo que, por necesidad, había reprimido", confiesa Venus, arquitecta paisajista de 44 años.
Y, en paralelo, está el tratamiento de las imágenes, viradas al sepia, desenfocadas, tendentes a la abstracción... "El enfoque abstracto que permite la técnica digital aleja el trabajo de la pornografía y lo acerca al arte", dice el autor en las páginas de 'La petite mort'.

sábado, 16 de julio de 2011

Una reseña del libro "Los ojos de Tiresias" en la revista Siempre

Los ojos de Tiresias de Jorge Galván/Jaime Luis Albores Téllez

En:Libros Fecha:16 julio, 2011
 
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Los ojos de Tiresias de Jorge Galván

Jaime Luis Albores Téllez  (*)

Jorge Galván
Jorge Galván como dramaturgo, director, actor, conoce -y muy bien- lo importante que es la mirada en la actuación y  este conocimiento lo lleva a la novela Los ojos de Tiresias; pero en cuanto vi el título del libro automáticamente empecé a especular si trataba sobre hermafroditismo, ya que Tiresias fue un hermafrodita que mantenía relaciones sexuales con Hera y con Zeus. La diosa Hera lo deja ciego, tras mediar una disputa sobre el placer sexual que tenía Zeus y aunque Tiresias le dice que infinitamente la mujer goza más que el hombre, ésta lo enceguece. Zeus al ver ciego a Tiresias y  al no poder devolverle la vista, le entrega el don de la profecía. También recordé que en el drama surrealista de Guillaume Apollinaire: Las tetas de Tiresias (1917), Teresa, una joven feminista felizmente casada se niega a tener hijos, se convierte en un “señor mujer” después de operarse los pechos y adopta el nombre de Tiresias; su marido se ocupará de repoblar la ciudad de Zanzíbar dejando preñada a cuanta mujer se cruce en su camino. Al final de la obra, Teresa reaparece como una cartomántica haciendo parodia del papel profético de Tiresias.   
En fin, en cuanto al libro que escribió Jorge Galván: es una historia actual donde nos muestra a unos personajes políticos tragicómicos y esto es porque hoy en día suceden situaciones inverosímiles con nuestros políticos, tal como el autor menciona a un Bejarano o a un López Obrador o al mismísimo Fox, que están rodeados de tragedia pero que ellos sólo ven sus intereses y es así como se convierten en personajes que caen en lo cómico por lo chusco de su proceder. Y al parejo de esta información también nos cuenta la historia de un asesinato en una cantina; de un “lector de miradas” –por eso el título del libro–; un reportero y una actriz madura. Lo que llama la atención es la unión que logra al engarzar las historias: el asesinato de un ciudadano común con los hechos políticos. Y es así como nos muestra a una sociedad de presunta democracia en el año 2000 -en este caso como un hermafrodita- que se relaciona con los políticos y con los individuos, y que una sin la otra no pueden vivir.
Y si comparamos, el gobierno es la diosa Hera quien ciega a la sociedad a través de sus actuaciones trágicómicas, la sociedad (Tiresias) no ve se en sí misma en su tragedia de muerte, desolación. Y, a la vez, el autor logra -a través de una trama inteligente- darnos a conocer una historia policiaca donde los personajes ven la nota roja y son ciegos a las notas políticas, sólo las escuchan.
En esta novela la palabra clave es ver, cómo vemos, qué vemos o qué nos deja ver la diosa Hera. Y si reflexionamos más, Tiresias (la sociedad) ya ciega, añora el pasado: comparando la violencia actual con el pasado como una etapa entrañable. ¿Será que Tiresias, que es capaz de ver el futuro, sabe que regresaremos a vivir como vivimos durante 70 años, antes de la dizque democracia naciente del 2000?
Podemos decir que Los ojos de Tiresias es una obra actual que marca especialmente a esta época por su contenido político-social. Es una obra para aquellos que todavía no están ciegos por Hera y a quienes Zeus protege.
 
Jorge Galván, Los ojos de Tiresias, Editorial JP, imprenta de Juan Pablos S.A., México, 2009; 200pp.
 
(*) Jaime Luis Albores Téllez (Tlaxcala, 1969), escritor, musicólogo y periodista cultural.
tiresias
¿Será que Tiresias, que es capaz de ver el futuro, sabe que regresaremos a vivir como vivimos durante 70 años, antes de la dizque democracia naciente del 2000? Los ojos de Tiresias es una novela actual, que marca especialmente a esta época por su contenido político-social.

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martes, 12 de julio de 2011

Una obra de teatro, Texto escrito para la revista Siempre "Primavera Salvaje"

Fin de temporada de Primavera Salvaje de Arnold Wesker/Jaime Luis Albores Téllez

En:Teatro Fecha:12 julio, 2011
 
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Fin de temporada

Primavera Salvaje de Arnold Wesker            

Jaime Luis Albores Téllez  (*)


Primavera Salvaje de Arnold Wesker, es una obra de teatro que impacta al público por lo bien manejado que está el tema de la identidad personal. Así podemos ver como Emoé de la Parra (Gertru) y Gutemberg Brito (Sam, Dan), a través de sus personajes nos describen cómo se ven ellos y cómo los ven los demás. Todo, en base a sus experiencias afectivas de vida. La obra se desarrolla en dos actos y la escena sucede en Londres durante un lapso de 15 años: el primer acto 1976; el segundo acto en 1991.
Durante el primer acto Emoé de la Parra, a través de sus dotes histriónicas logra que los espectadores vivan la historia de Gertru, una actriz madura, que tiene un hijo adoptado, mongol, y a la vez cómo interactúa con un cuidador de coches, joven, Sam. Esta relación bien dirigida por el director Otto Minera sobrecoge porque podemos apreciar la vida, que a final de cuentas es lo que representa el teatro.
Gutemberg Brito promete ser un muy buen actor, sin desmerecer su actuación en Primavera Salvaje, maneja buen timbre de voz y sabe caracterizar las emociones en el momento adecuado, a través de su personaje Sam, sueña con llegar a ser un actor, pero se percibe sólo como un cuidador de coches, situación que lo detiene para buscar ser  actor. Y ve a Gertru como su maestra y diosa en la actuación. Ella sumida en su soledad, fuera de los escenarios donde ha triunfado, dejada por su marido y viviendo con su hijo mongol, sufre por la carencia de afecto, la cual le reclama a su madre ya muerta, a través de sus recuerdos. Pero lo más importante es que los dos actores logran transmitir las emociones y pensamientos al público.
En Primavera Salvaje, la primavera es tan sólo un pretexto para verter la sexualidad hacia alguien por falta de afecto, al que esté más cerca de la actriz madura. En este caso en el cuidador de coches.
El dramaturgo Arnold Wesker. Foto: guardian.co.uk
En el segundo acto, en 1991, conocemos cómo la actriz, pasados quince años se ve afectada por la memoria, el alcoholismo y la muerte de su hijo, y Emoé de la Parra construyendo un personaje –excelentemente interpretado– lleva a los espectadores a vivir las emociones que experimenta con estas experiencias que tiene en su vida, además de enterarnos cómo cambia su percepción de ella misma, donde la actuación pasa a segundo término y su vida personal a primer plano en su existencia. Y Gutemberg Brito, interpreta a Dan, quien es un tipo que tiene un conflicto entre ser empresario o dedicarse al teatro, y que vive con la actriz y es su amante.
Primavera salvaje. Foto: José Arciga
También Primavera Salvaje es una obra que retrata la carencia de afecto que existe entre los seres humanos. Ya sea entre padres e hijos, entre hermanos, entre amantes y cómo nos vamos formando y comportando como seres humanos, muchas veces despreciándonos a nosotros mismos y a los demás.
No cabe duda: ésta es una de las puestas en escena que más me ha agradado durante este año. Ojalá pronto la veamos nuevamente en escena ya que su última función fue el 10 de julio en el teatro Foro de las Artes, en el Centro Nacional de las Artes.
Quiero terminar con estas palabras de Eric Ben que vienen en el programa de mano: “En estos días, no deberíamos andar tras de las muchas cosas que el teatro puede ser, ya se nos fue el tiempo para eso; deberíamos ir por las pocas cosas que el teatro debe ser, si ha de seguir con vida.”  Esta obra es un claro ejemplo de estas palabras.

Jaime Luis Albores Téllez
(*) Jaime Luis Albores Téllez (Tlaxcala, 1964), escritor, musicólogo y periodista cultural.     
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Primavera Salvaje, bien dirigida por Otto Minera, sobrecoge porque podemos apreciar la vida, que a final de cuentas es lo que representa el teatro. No cabe duda: ésta es una de las puestas en escena que más me ha agradado durante este año, ojalá pronto la repongan para bien de nuestro teatro

Notas Relacionadas:

viernes, 8 de julio de 2011

Reseña del libro "Las niñas marinas y otros cuentos" publicado en la revista Siempre


En todos estos cuentos está presente la muerte pero como un chascarrillo, donde el tema de la muerte se presta para jugar bromas.

martes, 5 de julio de 2011

Una reseña del libro "Carta del Apóstol San Blas a los Parralenses" en la revista Siempre

Carta del Apóstol San Blas a los Parralenses de Blas García Flores/Jaime Luis Albores Téllez

En:Libros Fecha:4 julio, 2011
 
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Carta del Apóstol San Blas a los Parralenses

(*) Jaime Luis Albores Téllez


Blas García Flores presenta en este libro de cuentos una atmósfera donde lo irreal y lo real se combinan para crear personajes evasivos en un contexto sociocultural –donde se niega, muchas veces, la realidad para crear otra verdad– como se da en Ciudad Juárez, donde él nació y vive.
La portada del libro es muy sugerente: podemos ver a San Blas pisando una cabeza degollada, mientras sostiene un libro en la mano izquierda y mantiene el puño de la mano derecha arriba, tal como si hiciera fuerza con la pierna izquierda para aplastar la cabeza. La imagen recuerda parte de la historia de San Blas: cuando fue a prisión, porque su fe no fue doblegada, y  en ella sana a algunos presos y como consecuencia lo tratan de ahogar en un lago. En el lago el apóstol San Blas se baja de la lancha, empieza a caminar en el agua (como el milagro atribuido a Jesucristo) para demostrar el poder de su Dios y a la vez invita a todos sus perseguidores a caminar sobre el agua y allí mueren todos ahogados. Cuando regresa a tierra (por orden de un ángel) es atrapado, torturado y colgado de un poste, ya muerto cortan su cabeza y la lanzan al lago. Sí, así es la historia que cuentan de San Blas.
Cada uno de los cuentos narran historias que nada tienen que ver con las cartas apostólicas cristianas donde adoctrinan a sus lectores, estos cuentos son como la historia de San Blas donde la muerte y la desdicha son parte de la historia de un lugar lleno de  tragedia: en este caso Ciudad Juárez.  Los personajes son seres que niegan su realidad y si la aceptan es a través de una mentira que ellos mismos se cuentan. Es el caso de Ramona Jiménez, el primer cuento del libro, una puta que despierta en un motel y se siente hombre y al no ver su ropa empieza a contarse una historia donde una red de ladrones  organizados se roban pertenencias personales y además se disfrazan para no ser reconocidos. Al final se viste con sus ropas y recuerda que en la noche estuvo con un ranchero gordo que fumaba, tal como a ella le gustan.
Otro cuento: Vino de Honor. Entrada Libre. Nos narra que dos narcos mueren en la presentación de un libro, donde  les llamó la atención el título: “El narco y la lira, literatura de Sinaloa”, los narquitos y no naquitos se ofenden cuando oyen algunas preguntas y respuestas: “¿nunca ha tenido problemas con algún narco por sus cuentos?  –Nunca. Y si la hacen de emoción, los quiebro rápidamente.” Los narquitos sintiéndose humillados sacaron sus armas y apuntaron a los escritores y mientras esto sucedía entraron otros narcos, dispararon y mataron a los narquitos e hirieron a los que estaban en la presentación del libro. Al final se convierte en un escritor famoso cuando escribe “Cómo escapé al fuego en un encuentro de escritores.” Hay otro cuento titulado: Sin Agua en la Colonia, donde doña Chela es la única que tiene agua y da gracias a Dios a la vez que cree que lo que le sucede es por ser tan rezadora y que además soñó: “que el mismo Dios bajaba y se sentaba junto a mí, pero no venía solo, venía con unas mujeres muy hermosas que le servían en todo. Graciela tus súplicas han llegado a mis oídos y si bien no eres ni la mitad que de Job, te has portado bien y has sufrido lo suficiente. Yo estoy para ayudarte, así que escúchame bien. Mientras doña Chela decía esto, yo no sabía ni qué pensar, pero estaba buena la charra y seguí escuchándola. Mañana, continuó diciendo el Señor, voy a traer la calamidad…”
Estos cuentos llenos de desesperanza en lo social, en lo religioso, marcan un hito en la literatura mexicana, ya que parece que actualmente ya no hay nada seguro, pura incertidumbre y tal parece que para no enloquecer hay que inventar una realidad que al final será una fantasía más terrible, tal como sucede con los cuentos de Carta del Apóstol San Blas a los Parralenses.

Blas García Flores, Carta del Apóstol San Blas a los Parralenses. Ficticia editorial, Talleres de Corporación Industrial Gráfica, México, 2010; 104pp.

Jaime Luis Albores Téllez

(*) Jaime Luis Albores Téllez (Tlaxcala, 1964), escritor, musicólogo y periodista cultural.
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Cada uno de los cuentos narran historias que nada tienen que ver con las cartas apostólicas cristianas donde adoctrinan a sus lectores, estos cuentos son como la historia de San Blas donde la muerte y la desdicha son parte de la historia de un lugar lleno de tragedia: en este caso Ciudad Juárez.