El Último Verano de Sara Bernhardt/Jaime Luis Albores Téllez
El Último Verano de Sara Bernhardt
Jaime Luis Albores Téllez (*)
Esta obra se estrenó el jueves 2 de junio en el Centro Cultural el Foco, donde las actuaciones de Teresa Selma (Sara Bernhardt) y Miguel Couturier (el escritor de las memorias) fueron de primer orden, tal vez otros actores con menos experiencia no hubieran logrado mantener la atención del público. Y lo digo por las dos horas que dura este coloquio. Tal vez si el diálogo se hiciera en menos tiempo, la obra sería perfecta. Teresa Selma hace una adaptación donde nos cuenta la historia dramática que vivió Sara Bernhardt, la más grande actriz de teatro y de cine francés de su época y que su nombre real era Rosine Bernart, hija de una madre que profesó por un tiempo la religión judía y que después se ganó la vida como prostituta de lujo. También se supone que el padre de Sara Bernhardt fue el Duque de Morny, medio-hermano de Napoleón III. Sara nace el 23 de octubre de 1844 y muere el 26 de marzo de 1923.
La historia que nos cuentan ambos actores es El último verano de Sara Berhandt de John Murrell, y sucede en Francia un año antes de la muerte de Sara, en el año 1922, cuando tenía 77 años. Y empieza a escribir sus memorias, donde los recuerdos, la realidad y la ficción se mezclan para recrear la vida tormentosa y de éxito de Sara Bernhardt, quien de niña sufre un accidente al caer de una ventana y se rompe una rodilla de la pierna derecha.
Así también nos enteramos que su madre la quiso hacer prostituta de lujo a los quince años, pero que se negó por la educación conventual que había tenido de niña. En esta adaptación, nos muestran Teresa Selma (Sara Bernhardt) y Miguel Couturier (“Pitú”) que la vida familiar de Sara fue conflictiva, y que tuvo una relación tensa y distante con su madre.
En el año de 1867 debutó en el Teatro del Odeón con las Sabiondas (Las femmes savantes) de Moliere, en esta época alternó la vida galante con la actuación.
Su fama como actriz hace que conozca a Oscar Wilde y representa su obra Salomé. En Estados Unidos tiene tanto éxito que viaja en un tren con siete vagones lujosos y al tren lo llaman “Sara Bernhardt Special.”
La vida de Sara se complica cuando en 1915 se lastima más la pierna durante una de sus representaciones de la obra Tosca, la misma que Puccini llevó al triunfo en el género operístico.
Sara representando a la heroína se lanza a un barranco y al momento de caer se fractura la pierna derecha y debido a los dolores tan fuertes le amputan la pierna. Y no pasa mucho tiempo para que vuelva a los teatros, aun con la pierna amputada sigue actuando y mostrando y buscando la perfección y, a la vez, profundizando en la psicología de los personajes, además estudiaba cada gesto y cada entonación del texto que debía decir.
Lamentablemente Sara Bernhardt, después de rodar una escena para una película que nunca se presentó al público, quedó totalmente agotada hasta que se desmayó. Al día siguiente murió. Fue enterrada en el ataúd que tenía para dormir.
No cabe duda que conocer la historia de Sara Bernhardt es la base para disfrutar esta puesta en escena, donde los actores, a través de su actuación y sus diálogos, nos muestran que la vida es un destino implacable que hay que vivir, con sus éxitos y sus fracasos. Somos lo que tenemos que ser, queramos o no.
La historia que nos cuentan ambos actores es El último verano de Sara Berhandt de John Murrell, y sucede en Francia un año antes de la muerte de Sara, en el año 1922, cuando tenía 77 años. Y empieza a escribir sus memorias, donde los recuerdos, la realidad y la ficción se mezclan para recrear la vida tormentosa y de éxito de Sara Bernhardt, quien de niña sufre un accidente al caer de una ventana y se rompe una rodilla de la pierna derecha.
Así también nos enteramos que su madre la quiso hacer prostituta de lujo a los quince años, pero que se negó por la educación conventual que había tenido de niña. En esta adaptación, nos muestran Teresa Selma (Sara Bernhardt) y Miguel Couturier (“Pitú”) que la vida familiar de Sara fue conflictiva, y que tuvo una relación tensa y distante con su madre.
En el año de 1867 debutó en el Teatro del Odeón con las Sabiondas (Las femmes savantes) de Moliere, en esta época alternó la vida galante con la actuación.
Su fama como actriz hace que conozca a Oscar Wilde y representa su obra Salomé. En Estados Unidos tiene tanto éxito que viaja en un tren con siete vagones lujosos y al tren lo llaman “Sara Bernhardt Special.”
La vida de Sara se complica cuando en 1915 se lastima más la pierna durante una de sus representaciones de la obra Tosca, la misma que Puccini llevó al triunfo en el género operístico.
Sara representando a la heroína se lanza a un barranco y al momento de caer se fractura la pierna derecha y debido a los dolores tan fuertes le amputan la pierna. Y no pasa mucho tiempo para que vuelva a los teatros, aun con la pierna amputada sigue actuando y mostrando y buscando la perfección y, a la vez, profundizando en la psicología de los personajes, además estudiaba cada gesto y cada entonación del texto que debía decir.
Lamentablemente Sara Bernhardt, después de rodar una escena para una película que nunca se presentó al público, quedó totalmente agotada hasta que se desmayó. Al día siguiente murió. Fue enterrada en el ataúd que tenía para dormir.
No cabe duda que conocer la historia de Sara Bernhardt es la base para disfrutar esta puesta en escena, donde los actores, a través de su actuación y sus diálogos, nos muestran que la vida es un destino implacable que hay que vivir, con sus éxitos y sus fracasos. Somos lo que tenemos que ser, queramos o no.
(*) Jaime Luis Albores Téllez (Tlaxcala, 1964) escritor, musicólogo y periodista cultural.
Esta obra se estrenó el jueves 2 de junio en el Centro Cultural el Foco, donde las actuaciones de Teresa Selma (Sara Bernhardt) y Miguel Couturier (el escritor de las memorias) fueron de primer orden, tal vez otros actores con menos experiencia no hubieran logrado mantener la atención del público.
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