Carta del Apóstol San Blas a los Parralenses de Blas García Flores/Jaime Luis Albores Téllez
Carta del Apóstol San Blas a los Parralenses
(*) Jaime Luis Albores Téllez
Blas García Flores presenta en este libro de cuentos una atmósfera donde lo irreal y lo real se combinan para crear personajes evasivos en un contexto sociocultural –donde se niega, muchas veces, la realidad para crear otra verdad– como se da en Ciudad Juárez, donde él nació y vive.
La portada del libro es muy sugerente: podemos ver a San Blas pisando una cabeza degollada, mientras sostiene un libro en la mano izquierda y mantiene el puño de la mano derecha arriba, tal como si hiciera fuerza con la pierna izquierda para aplastar la cabeza. La imagen recuerda parte de la historia de San Blas: cuando fue a prisión, porque su fe no fue doblegada, y en ella sana a algunos presos y como consecuencia lo tratan de ahogar en un lago. En el lago el apóstol San Blas se baja de la lancha, empieza a caminar en el agua (como el milagro atribuido a Jesucristo) para demostrar el poder de su Dios y a la vez invita a todos sus perseguidores a caminar sobre el agua y allí mueren todos ahogados. Cuando regresa a tierra (por orden de un ángel) es atrapado, torturado y colgado de un poste, ya muerto cortan su cabeza y la lanzan al lago. Sí, así es la historia que cuentan de San Blas.
Cada uno de los cuentos narran historias que nada tienen que ver con las cartas apostólicas cristianas donde adoctrinan a sus lectores, estos cuentos son como la historia de San Blas donde la muerte y la desdicha son parte de la historia de un lugar lleno de tragedia: en este caso Ciudad Juárez. Los personajes son seres que niegan su realidad y si la aceptan es a través de una mentira que ellos mismos se cuentan. Es el caso de Ramona Jiménez, el primer cuento del libro, una puta que despierta en un motel y se siente hombre y al no ver su ropa empieza a contarse una historia donde una red de ladrones organizados se roban pertenencias personales y además se disfrazan para no ser reconocidos. Al final se viste con sus ropas y recuerda que en la noche estuvo con un ranchero gordo que fumaba, tal como a ella le gustan.
Otro cuento: Vino de Honor. Entrada Libre. Nos narra que dos narcos mueren en la presentación de un libro, donde les llamó la atención el título: “El narco y la lira, literatura de Sinaloa”, los narquitos y no naquitos se ofenden cuando oyen algunas preguntas y respuestas: “¿nunca ha tenido problemas con algún narco por sus cuentos? –Nunca. Y si la hacen de emoción, los quiebro rápidamente.” Los narquitos sintiéndose humillados sacaron sus armas y apuntaron a los escritores y mientras esto sucedía entraron otros narcos, dispararon y mataron a los narquitos e hirieron a los que estaban en la presentación del libro. Al final se convierte en un escritor famoso cuando escribe “Cómo escapé al fuego en un encuentro de escritores.” Hay otro cuento titulado: Sin Agua en la Colonia, donde doña Chela es la única que tiene agua y da gracias a Dios a la vez que cree que lo que le sucede es por ser tan rezadora y que además soñó: “que el mismo Dios bajaba y se sentaba junto a mí, pero no venía solo, venía con unas mujeres muy hermosas que le servían en todo. Graciela tus súplicas han llegado a mis oídos y si bien no eres ni la mitad que de Job, te has portado bien y has sufrido lo suficiente. Yo estoy para ayudarte, así que escúchame bien. Mientras doña Chela decía esto, yo no sabía ni qué pensar, pero estaba buena la charra y seguí escuchándola. Mañana, continuó diciendo el Señor, voy a traer la calamidad…”
Estos cuentos llenos de desesperanza en lo social, en lo religioso, marcan un hito en la literatura mexicana, ya que parece que actualmente ya no hay nada seguro, pura incertidumbre y tal parece que para no enloquecer hay que inventar una realidad que al final será una fantasía más terrible, tal como sucede con los cuentos de Carta del Apóstol San Blas a los Parralenses.
Blas García Flores, Carta del Apóstol San Blas a los Parralenses. Ficticia editorial, Talleres de Corporación Industrial Gráfica, México, 2010; 104pp.
(*) Jaime Luis Albores Téllez (Tlaxcala, 1964), escritor, musicólogo y periodista cultural.
Cada uno de los cuentos narran historias que nada tienen que ver con las cartas apostólicas cristianas donde adoctrinan a sus lectores, estos cuentos son como la historia de San Blas donde la muerte y la desdicha son parte de la historia de un lugar lleno de tragedia: en este caso Ciudad Juárez.
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