sábado, 30 de noviembre de 2013
La estatua asesinada, de Gonzalo Valdés Medellín (Texto que aparece en la Revista Siempre) 18-05-2013
Jaime Luis Albores Téllez
La obra teatral La Estatua asesinada, de Gonzalo Valdés Medellín, se presentó con gran éxito en el teatro Sergio Magaña. Es una obra —hecha para homenajear a Xavier Villaurrutia— que se estrenó a nivel mundial en el mes de marzo del presente en el Palacio de Bellas Artes para recordar los 110 años de su nacimiento: veintisiete de marzo de mil novecientos tres.
No voy a hablar de la iluminación, ni de la actuación, ni de la historia, pues cada uno de los detalles escénicos está tan bien cuidado que podemos adentrarnos a la psicología del personaje, Xavier Villaurrutia. Y sí, este es un gran logro por la dificultad que hay de explorar a través del movimiento y los diálogos la forma de ser, en cuanto a los términos de placer y displacer, como un dualismo en su vida homosexual y creativa.
Ésta es una obra provocadora pero también brillante, en cuanto que nos muestra un conflicto anímico, quiero decir que considera el alma como un principio de acción, casi como un culto del espíritu, y es así como podemos ver en escena a Xavier Villaurrutia, representado por Rodrigo Ostap, y conocer la constitución psíquica de Villaurrutia, plasmada en los sentimientos que le da vida a su obra literaria (tanto dramatúrgica, como poética) y a la vez a su historia personal, para decirnos que el hombre es el único actor de todos sus sucesos, pero que también sus aspiraciones sobrepasan su individualidad cuando recibe la influencia de los pensamientos de todo el género humano. Como fue el desdén por los homosexuales en la época en que vivió el poeta. También podemos ver a lo largo de toda la obra una exposición que gira esencialmente en un parámetro donde la ausencia y la presencia de las voces amadas son los sucesos que motivan el placer o el displacer, como un dualismo, donde el amor y la pérdida del mismo, se convierte en un pilar importante para el arte, para la creación.
La música y los sonidos cortos
—interpretados por el músico Alberto Mendoza Bernabé, saxofón, que escuchamos durante toda la obra provocan la sensación de congelar el presente acompañado en una forma temporal, por momentos, como si la repetición del deseo, fuese un eco que le contesta al grito obsesionado por el retorno a la vida o la muerte. Y en cada una de sus intervenciones logra crear la sensación de que la vida de Xavier Villaurrutia hubiese sido un autoengaño, donde la capacidad de disfrute siempre estaba relacionada con las voces de todos sus amoríos. Al igual que los recuerdos. Donde podemos visualizar un beso, una caricia, pero no sentirla, pero si podemos conceptualizar el contenido como una realidad. O sea un autoengaño. La atmósfera creada por las participaciones de Alberto Mendoza Bernabé, le da un toque especial, que crea cierta intimidad entre los actores y los espectadores, una familiaridad, donde los secretos quedan en casa, o podemos decir en este caso, en el teatro.
El elenco está formado por actores profesionales, que muestran el gusto por este arte tan difícil: Rodrigo Ostap (Xavier Villaurrutia); Ramón Castillo (Agustín Lazo, El ángel del amor y Octavio Paz); Emmanuel Ávalos (La muerte); Eduardo Vangel (El ángel de la vida y Burócrata uno); Leo Dávila (El escritor y El destino); Jaime Albores, jr. (Burócrata dos). Productor Érick Tapia Macías y como asistente Mónica Sara Albores; Coreografía Eduardo Vangel; puesta en escena Gonzalo Valdés Medellín y como asistente en dirección Jaime Albores, jr.
En fin, La Estatua asesinada, es una obra que nos dice que el inconsciente artístico no logra desvanecer las culpas de un pasado trágico y nebuloso como fue la vida del poeta Xavier Villaurrutia. Esta obra de teatro no debe perdérsela por la simple razón que nos convertimos en espías, espectadores, de un íntimo vivir artístico.
La estatua asesinada, de Gonzalo Valdés Medellín, se presenta en el teatro Sergio Magaña todo el mes de mayo, uno y dos de junio, los días viernes a las 20:00 horas; los sábados 19:00 horas y los domingos a las 18:00 horas
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