sábado, 26 de abril de 2014
La Paz de los sepulcros, de Jorge Volpi. Publicado en la Revista Siempre! 19/01/2014
Jaime Luis Albores Téllez
La novela La paz de los sepulcros, de Jorge Volpi, es donde el tema de la muerte en nuestro país, sin importar si es digna, trágica o ridícula, se convierte en un hecho liberador en todos los aspectos, en una trascendencia, ya que el fallecido pasa su historia al colectivo que revive lo bueno y lo malo que haya hecho, y que en unos cuantos días o semanas también la vox populi olvida para sumergirse en un mundo propio que al finalizar será contado por otros que alguna vez conocieron. Como si fuera una cadena que se va rompiendo hasta desaparecer totalmente. Y no solamente es liberadora la muerte en nuestro país, también es morbosidad, en cuanto a un estado psíquico insano, a tal grado que se convierte en una atracción desagradable que produce alteraciones patológicas que ya son características de la gran mayoría de los mexicanos, a tal grado que se convierten en recreaciones repetitivas por la televisión y otros medios como la Internet, aclaro, recreaciones como recrear, producir de nuevo, crear de nuevo un acto, en este caso morir, sin que importe tanto el cómo y el por qué. Como si lo único importante fuera contar lo bueno o lo malo del que murió. Transcribo un párrafo de la novela: “La verdad: a quién podría interesarle si es que acaso existiese una forma de conocerla con certeza; lo único que importan son (como bien lo saben los dueños de Tribuna) los escándalos, es decir las verdades a medias, las alteraciones, las medias mentiras que no dejan de ser mentiras pero que se convierten en verdad (“¿cómo no va a ser cierto, si lo decía el periódico”) al menos por unos segundos. Nadie busca verdades, sino entretenimientos: máscaras para divertirnos unos instantes, para hacer como que comprendemos lo que sucede a nuestro alrededor, lo que le pasa a las demás personas, lo que nos aflige o nos tortura: no más”. Y es así que el autor narra la realidad aplastante en México, donde hay un submundo lleno de prostitución, vida nocturna de desenfreno, sexual y drogas, que interactúa con una sociedad cobarde, miedosa, donde cada individuo teme ser el próximo cadáver desconocido.
Y para darnos a conocer nuestra triste realidad como sociedad mexicana, Jorge Volpi nos cuenta la historia de un político (Alberto Navarro) con aspiraciones a ser candidato a la presidencia del país. Y que aparece muerto en una habitación de hotel, a las afueras de la capital mexicana, junto a un hombre desconocido, que cobra relevancia cuando un periodista (Agustín Oropeza) de la prensa amarilla reconoce su identidad, un antiguo compañero de escuela.
En suma, la novela La paz de los sepulcros, nos invita a contemplar a la sociedad mexicana como un conjunto de seres luchando, asechándose unos contra otros, robándose, sin cesar. En una batalla sin fin, donde la muerte es la única liberadora de tantas acciones a través del miedo al futuro o al pasado lleno de culpas.
Jorge Volpi, La paz de los sepulcros. Editorial Alrevés S.L., Barcelona, España, 2013; 256pp
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