sábado, 26 de abril de 2014

El camino de ida, de Ricardo Piglia. Publicado en la Revista Siempre! 07/02/2014

Jaime Luis Albores Téllez Ricardo Piglia (Buenos Aires, 1940) está considerado como un autor clásico de la literatura argentina actual por sus propuestas literarias donde podemos percibir cómo la sensibilidad y la voluntad no sobrepasan al entendimiento, y con la novela El camino de Ida, narrada en primera persona por Emilio Renzi —habitual personaje en las novelas del autor— pasa de la autobiografía a una trama policiaca, sin complicación alguna, ya que la trama gira alrededor de un personaje, en este caso Renzi, de quien sabemos qué hace antes de involucrarse con un asesinato: “En aquel tiempo vivía varias vidas, me movía en secuencias autónomas: la serie de los amigos, del amor, del alcohol, de la política, de los perros, de los bares, de las caminatas nocturnas. Escribía guiones que no se filmaban, traducía múltiples novelas policiales que parecían ser siempre la misma, redactaba áridos libros de filosofía (¡o de psicoanálisis!) que firmaban otros. Estaba perdido, desconectado, hasta que por fin… terminé enseñando en Estados Unidos, involucrado en un acontecimiento del que quiero dejar un testimonio”. También recrea el ambiente universitario gringo en que se mueven los académicos: “…me hizo ver que lo mejor era adaptarse al código académico de relaciones cordiales y distantes, olvidando lo que sucedía fuera del campus (fuera de campo, como dicen los fotógrafos)”. Y esta atmósfera la utiliza para crear cierto efecto de misterio, que luego enlaza al inicio de un romance clandestino con Ida. Y este hecho desencadena en el personaje Emilio Renzi una serie de adversidades que rompe con su vida monótona en la universidad: el primero: que tiene que esconder su romance con Ida que aparece muerta dentro de un auto, para no comprometerse; segundo: se entera que han asesinado a varios académicos; y por último descubre que Thomas Munk, un ex alumno de Harvard y profesor de matemáticas es el asesino. El camino de Ida es una novela basada en un hecho real, nos dice el autor: Thomas Munk fue ejecutado el 2 de agosto de 2005, diez años después de su captura. Su madre estaba con él. La trasmisión por el circuito cerrado del penal había sido captada en vivo por un link de Internet. Antes había dicho: “Mi nombre es Thomas Reginald Munk, no es The Shadow, ni Recycler, ni soy el asesino intelectual, como me afrentan los que me persiguieron inútilmente durante vein­te años y sólo pudieron apresarme cuando mi hermano me traicionó. Busquen la conferencia sobre ética de Ludwig Wittgenstein: “Si un hombre pudiera escribir un libro de ética que fuera realmente un libro de ética, ese libro destruiría todos los demás libros del mundo mediante una explosión”. La ética es ese estallido. Yahvé fue el primer terrorista. Para imponer su Ley se dedicaba a destruir ciudades, y a matar a los hijos de Job ¿O por qué creen ustedes que Dostoievski pensaba convertir a Aliosha Karamazov, el aspirante a santo, en un revolucionario?”. El video de la ejecución estuvo un tiempo en YouTube pero la madre apeló ante la justicia y logró que lo retiraran. Y durante unas semanas fue sustituido por la imagen de Munk recibiendo la medalla Fields. En sí la novela refleja el por qué la violencia siempre surge de un individuo y no de un grupo, haciendo énfasis en el total individualismo que existe en Estados Unidos, donde a veces se puede ver a un ser solo manifestándose por haber perdido su trabajo ante la indiferencia de los demás y ante esa indiferencia, sintiéndose impotente, se vuelve capaz de matar a esa masa extraña de personas que se mueven en silencio. Ricardo Piglia, El camino de Ida. Anagrama, México, 2013; 296 p

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